[testimonial author=»José Saramago»]Con la misma vehemencia con que reivindicamos los derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes. Tal vez así el mundo pueda ser un poco mejor[/testimonial]
Aquel 10 de diciembre de 1998 la Declaración Universal de los Derechos Humanos cumplía medio siglo de existencia y José Saramago estaba en Estocolmo para recibir la medalla del Premio Nobel de Literatura. En el brindis, el escritor recordó el aniversario de la carta de los derechos humanos e hizo un llamamiento a las ciudadanas y ciudadanos del mundo: “Con la misma vehemencia con que reivindicamos los derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes. Tal vez así el mundo pueda ser un poco mejor”. Quince años después las palabras dichas por Saramago aquél memorable día siguen actuales. Los deberes humanos todavía no figuran en documentos oficiales, pero la idea de que debemos reclámalos cobra cada vez más sentido. “Las injusticias se multiplican, las desigualdades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se expande”, dijo Saramago. Si todavía estuviera entre nosotros, seguiría repitiendo esas palabras y alertándonos sobre la ceguera en que vivimos. En este mes de diciembre, cuando se cumplen 15 años del Nobel, recordamos sus palabras y sus actos, y pese a los difíciles tiempos en que vivimos, encontramos motivos para celebrar y soñar con un mundo un poco mejor, donde los derechos humanos sean respetados, y los deberes ejercidos.
Hoy día 10 de diciembre, día de los Derechos Humanos, en este 15 aniversario del premio Nóbel, A Casa pone a disposición a todas las personas El Discurso del Premio Nóbel José Saramago.
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