Visitamos mi marido y yo la casa de Jose y Pilar el día 13 de marzo. Entre los muchos momentos inolvidables que nos trajimos de la isla, la mañana que pasamos en esta casa fue uno de los mejores. La constante presencia de Jose y Pilar allí junto a sus cosas, obras de arte, libros y objetos cotidianos, más las explicaciones de las personas que miman la casa, el café portugués servido en la terraza, la visita a la biblioteca, y claro, todo en el centro de una naturaleza que tendrímos los peninsulares la posibilidad de visitar obligatoriamente, porque hay que sentirla, nos dieron una tremenda satisfacción y nos confirmaron el espiritu de sus dueños. Y aquí estamos ahora en Sevilla, leyendo los libros de Jose que no habíamos leído y siguiendo un poco el itinerario que nos marca en su discurso de Estocolmo. Gracias Pilar y gracias a todos los que nos recibisteis. Ya iremos por la Fundación en Lisboa. Y si alguna vez venís por Sevilla no dejar de avisarnos para tomar un café juntos. Un abrazo también de parte de mi marido.